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Las altas temperaturas que estamos teniendo estos meses son muy molestas cuando llega la hora de dormir, por lo que te recomendamos cambiar tu plumón por un quilt o un cobertor más ligero, que te permitirá dormir más fresco en esta época.
Y ya que debemos guardar nuestro plumón por algunos meses, tienes saber que es importante hacerlo correctamente para evitar que éste se dañe, y así llegue en óptimas condiciones hasta el próximo invierno.
Estos son los pasos que debes seguir para que mantengan todas su cualidades de un año a otro:
1.- Lavarlo
Los plumones en general no deben limpiarse con mucha frecuencia ya que son productos delicados, pero es muy importante que lo laves cuando termine la temporada. Si su relleno es de pluma, te recomendamos que lo lleves a una lavandería o sigas muy bien las instrucciones de lavado que aparecen en la etiqueta, lo más probable es que debas lavar en seco.
En caso que su relleno sea sintético, no hay problema con meterlo a la lavadora, pero de todos modos te recomendamos que sigas las instrucciones del fabricante para evitar que se deteriore.
2.- Secarlo bien
Este paso es esencial, ya que nuestro plumón debe quedar completamente seco, sin rastros de humedad. Si las instrucciones de cuidado lo permiten, podemos secarlo en la secadora, en un ciclo de temperatura baja y a carga completa. También podemos dejarlo al aire libre, siempre evitando el sol directo y los lugares muy húmedos.
3.- Doblarlo y meterlo dentro de una bolsa
Para plegarlo, te recomendamos presionarlo con ambas manos y sacar el aire que tiene dentro. De este modo ocupará menos espacio. Lo ideal es guardarlo dentro de la bolsa original, pero en caso que no la tengas, puedes utilizar una bolsa de algodón para potenciar su transpirabilidad.
Ojo con las bolsas al vacío, no son la mejor alternativa si el relleno es de plumas, ya que puedes romperlas y el plumón perderá su calidad térmica.
4.- Protegerlo de la humedad y de las polillas
Dentro del empaque puedes incluir algún antipolillas y una bolsita perfumada de flores secas para protegerlo. También preocúpate que el lugar donde lo guardes no sea húmedo y así evitar que al sacarlo la próxima temporada te encuentres con hongos en él.
5.- Guardarlo sin aplastar
Es fundamental que en el lugar donde lo guardes tenga suficiente espacio y no lo aplastes. Evita ponerle otras cosas encima o introducirlo con fuerza en un hueco demasiado pequeño. Un buen lugar es debajo de la cama, en un estante o algún cajón de buen tamaño.
