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Cuando tenemos que comprar cortinas para nuestro hogar, comienzan a surgirnos miles de preguntas. ¿Qué material será mejor para cada lugar? ¿Cuál es la diferencia entre esta y aquella?
En este post te enseñaremos los diferentes tipos de cortina que puedes encontrar en el mercado, y las recomendaciones de uso según el estilo de tu casa, la forma de la ventana o la luz que entra por ella.
Cómo su nombre lo dice, son las típicas cortinas de tela gruesa que no pasan de moda ya que son muy versátiles y prácticas. Pueden ir solas o acompañadas de otra cortina de velo, más delgada, para controlar la luminosidad. Son ideales para dormitorios y espacios amplios.
Van colgadas a una barra o riel, y pueden tener diferentes tipos de agarre. Los más comunes son:
Aquí la elección va a depender 100% de tu gusto. Hay algunas más fáciles de instalar y que se ven más relajadas, como las argollas y presillas, pero funcionan todas bien.
Las mencionadas anteriormente, tienen la misma forma de las clásicas cortinas, pero en tela de velo, y son ideales cuando queremos dejar pasar luz natural. Pueden usarse junto a unas cortinas clásicas, o solas, esta última se recomienda más para el verano.
Es ideal para espacios comunes, y en el último tiempo se han visto mucho siendo utilizadas solas en dormitorios decorados al estilo “boho chic”.
Es un diseño económico, moderno y funcional, que ocupa poco espacio de la ventana. Puedes encontrar tamaños estándar y a medida en muchos colores y materiales. Ideales para espacios pequeños, ventanas correderas, dormitorios juveniles, cocinas y espacios de trabajo.
Es un tipo de tela del que pueden estar fabricados los modelos de cortina clásicas y roller, que logra muy buena oscuridad en la habitación por su capacidad de aislar la luz. Otro beneficio es que tiene propiedades térmicas y ayuda a regular la temperatura del ambiente, por lo que ahorras en calefacción. Son ideales para invierno y verano, en dormitorios donde disfrutas la oscuridad.
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