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Los colores tienen efecto en cómo nos sentimos y reaccionamos. Cada color tiene un estado de ánimo asociado por lo que es importante tenerlos en cuenta para decorar el hogar.
Si estás pensando en redecorar tu casa, este post es para ti. Antes de decidir el color de tus paredes, cortinas, alfombras, cubrecamas, cojines y demás elementos de una casa, piensa en cuál es el propósito de cada habitación, y cómo quieres sentirte cuando estés en ella. Esto te dará un indicio del color principal y secundarios que debes aplicar en los diferentes espacios.
Ahora, ¿qué sensaciones emite cada uno?
Simboliza la pasión, enriquece, estimula, calienta, dramatiza, promueve el movimiento y la actividad. El color rojo tiene un efecto positivo en el estado de ánimo si se coloca en un lugar en el cual se deba estar despierto. Es ideal para colocarlo en la cocina, comedor, salas de juego y pasillos.
Cuidado con su uso excesivo y/o en habitaciones dedicadas al descanso y al relax, como los dormitorios.
Es el color del optimismo y del buen humor. Es cálido, brillante y aporta mucha energía. Inspira creatividad, de las nuevas ideas y nos ayuda a encontrar soluciones. Se usa frecuentemente en la cocina, sala de estar y living. Pero cuidado, el amarillo en exceso puede causa fatiga visual, por lo que debe ir combinado con colores más neutros como blancos, beige y grises.
Produce un estado de ánimo pacífico, relajante, amplía y refresca, calma. Es utilizado con frecuencia en dormitorios por su efecto sedante y relajante, y en escritorios y oficinas por ser el color de la inteligencia y de la concentración.
Los verdes tienen efectos similares a los azules, pero están más asociados a la naturaleza y el mundo exterior. Alimenta el crecimiento personal, renovación, frescura, calma y tranquilidad. Se utiliza en cocinas, dormitorios o salas de estudio y oficinas
Los colores marrones simbolizan la tierra, el arraigo, los orígenes. En decoración se utilizan para dar armonía a una composición y como complementos a los demás colores. Son relajantes, tranquilos, elegantes y flexibles, lo que los hacen perfectos para cualquier habitación de la casa.
Son los colores neutros por excelencia. El blanco purifica, energiza, refresca. El negro aporta elegancia y distinción. Tienen la ventaja de poder cambiar sus atributos dependiendo del color con el que lo combinemos. De ahí la tendencia en decoración a usarlo como base, y dar la sensación de la habitación a través de los otros colores.
¿Qué color te representa más?
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